miércoles, 26 de octubre de 2011

COMENTARIOS DE ANDAR Y VER. ¿Tiene patrimonio Pozoblanco?


         Cualquier viajero o turista que nos visite, vendrá con su retina cargada de monumentos importantes, y los nuestros, escasos y de poco valor histórico, no le llamarán la atención.
           
Si entendemos por patrimonio lo que tradicionalmente se ha considerado, o sea, ese conjunto de monumentos arquitectónicos, documentos históricos y vestigios arqueológicos, es cierto que Pozoblanco tiene poco que ofrecer; sobre todo de lo primero, ya que de los últimos, que sí los tiene, carecen de ese atractivo turístico inmediato, y se quedan para los estudiosos y especialistas.
           
Pero lo que se entiende actualmente por patrimonio es algo más amplio. Además de lo anterior, patrimonio es también el conjunto de peculiaridades que definen una comarca como diferente, y que van desde una manera de hablar determinada, hasta la forma de condimentar un plato, pasando por todo un conjunto de manifestaciones folklóricas.




Considerando esto: ¿no es acaso patrimonio, la típica vivienda local, o una molina de aceite de antigua técnica de prensado y decantación, o las antiquísimas representaciones teatrales llamadas “coloquios”, o ese gran elenco de canciones populares recuperadas del olvido por el grupo folk, Aliara?
           
Al posible visitante que venga a descansar o a conocer nuestra tierra, tenemos que ofrecerle lo que nos diferencia de otras zonas, como por ejemplo, la gastronomía, el paisaje, la arquitectura

popular, etc. Esto tenemos que cuidarlo y potenciarlo, ya que es el turismo rural  la mejor bandeja para ofrecerlo.
           
Desde este blog, recién comenzado, la asociación Piedra y Cal quiere animar a la administración para que mejore y facilite el acceso  por carretera hacia la parte del olivar, donde se concentran la mayor parte de las viviendas rurales.

También quiere animar a los propietarios de cortijos y casas de campo (que por suerte son muchas) a que cuando tengan que rehabilitar sus viviendas, tanto para ellos, como para el turista, lo hagan teniendo en cuenta esos cuantos elementos sencillos que se han usado siempre (paredes blancas, teja roja, piedra vista, rejas de forja, etc.) y que los maestros albañiles de aquí saben emplear correctamente, sin necesidad de ninguna oficina de supervisión de estilos, que excluya elementos foráneos o excesivamente chocantes. (Pero algún que otro adefesio se ve, dando una nota extravagante y pretenciosa en la sencillez del paisaje)
           
Si los dueños son los primeros interesados en hacer esto, serán los primeros beneficiados, ya que el turismo rural demanda ciertas dosis de estética.
           
Por tanto coincidimos con la idea de la historiadora cordobesa Virginia Luque: “Hay que tener conciencia de que el patrimonio es desarrollo”. Esto, aplicado a Pozoblanco, nos permite ofrecer lo que tenemos de peculiar  para compensar la escasez monumental.
Bonifacio Tejedor Herrero

lunes, 17 de octubre de 2011

¡Que vienen los húngaros!

¡Que vienen los húngaros! De zíngaros, gitanos y romaníes.
Texto de José Luis González Peralbo


 Antaño, cuando había más estima hacia las cosas sencillas y las distracciones existentes eran inocentes a la par que asombrosas, a nuestros antepasados les resultaba familiar la llegada a la población de grupos de gitanos foráneos, imagen y símbolo pintoresco de un pueblo estigmatizado y temido pero cuyo modo de vida constituía un espectáculo fascinante para todos los vecinos.


En el terreno del espectáculo se ha asociado a gitanos y zíngaros con el circo y los espectáculos callejeros ambulantes porque algunos de ellos –los más humildes y pobres- se especializaron muy pronto en el adiestramiento y exhibición de animales tales como osos, monos y cabras, que le servían de pretexto para ganarse la vida o simplemente para sobrevivir. Se conocen exhibidores de osos desde el siglo XII en Turquía y más tarde en los Balcanes; recibían el nombre de ursari.



 La estampa de los gitanos recorriendo las calles de Pozoblanco es una imagen que aún recuerdan perfectamente nuestros mayores y las fuentes documentales. Hace siglos su presencia era más bien esporádica y no resultaba extraño que se convirtieran en huéspedes obligados de la cárcel del concejo, bien por cuentas tenidas con la justicia a su paso por estas tierras o bien como parada momentánea de su tránsito y traslado hacia otras prisiones o bien hacia destinos tan poco apetecibles como las minas de Almadén o las galeras de Su Majestad.


En fechas más cercanas su aparición iba unida a la venta y reparación ambulante o bien a ciertos espectáculos callejeros.


¡Que vienen los húngaros! exclamaba la gente con una mezcla de prevención y alegría ante su presencia. Y es que a la desconfianza secular hacia ellos se añadía la esperanza de poder asistir a un entretenimiento original y poco frecuente. No obstante, los vecinos más experimentados asociaban su llegada a futuras e inevitables dificultades económicas: ¡Mal año!, era una expresión habitual de la paisanos ante la visión de los húngaros.


Cuando llegaban a una población –como es el caso de Pozoblanco- en sus carretas desvencijadas, estos personajes bohemios acampaban en las afueras, en tiendas astrosas, bajo un puente o a la sombra de los árboles según la estación del año. Los más pudientes eran dueños de tartanas o carretas muy vistosas, llenas de coloridos adornos, incluidos visillos y encajes. Solían acampar en la salida de la villa, justo donde comienza el camino antiguo de Dos Torres. 


 Durante unos días el paraje se convertía en lugar de encuentro de numerosos vecinos intrigados por sus llamativos abalorios y vestimentas, las actividades cargadas de misterio que se les atribuían, además de por la legendaria belleza y descaro de sus mujeres.


Acomodados carros y tiendas iniciaban el recorrido urbano y cualquier calle o plaza de la villa les servía para formar corro con la gente curiosa y ociosa y con una multitud de chiquillos, obligando a osos y monos a bailar y a hacer piruetas, acompañando la fiesta con golpes de pandero y monótonos cantos. Concluido el espectáculo ponían las panderetas en las garras del famélico animal que se aproximaba al público para que les echase en ellas unas monedas, consiguiendo con ello la huída despavorida de los asistentes las más de las veces.


Pero en ocasiones la fiesta prevista terminaba en drama. Pese a la habilidad de los domadores, de tarde en tarde se producían episodios sangrientos ante la imposibilidad de controlar los naturales instintos de la fiera acosada.



 Las fuentes documentales recogen diversos incidentes de este tipo. Hoy traemos a colación uno de ellos, acaecido en Pozoblanco a finales de noviembre de 1882, incidente que tuvo amplio eco en la prensa local y provincial. Esto contaba el Eco de los Pedroches -periódico pozoalbense dirigido por don Julio Pellitero y Campanero- sobre el suceso:


 “Un accidente desgraciado ha movido a compasión y excitado a la vez grandemente la curiosidad de este numeroso vecindario.
 Hace días recorren las calles de esta localidad dos exhibidores de fieras domesticadas, naturales de la Bosnia (Turquía), a los que acompañan sus respectivas mujeres e hijos, teniendo su albergue extramuros de la población en improvisadas tiendas.
El martes último y después de haber rendido no escaso tributo al dios Baco, a cuyo culto se consagran con frecuencia, se produjo en tales viviendas una calurosa disputa entre los dos profesores de tan dóciles discípulos, de la que resultó lesionado uno de los doctos combatientes con una leve herida, y como manifestase a su contrario que se disponía a dar conocimiento del hecho a la autoridad, regresó a la población dejando entre tanto el cuidado de los escolares a su mujer y un niño de unos once años.
Su valeroso compadre, que aunque desconoce las leyes de nuestro país no tiene pelo de tonto, comprendió la gravedad del asunto y dando punto a sus alumnos recogió todo el menaje de casa y escuela, tomando las de Villadiego con su familia y dejando tan solo en poder de su vecino el solar que antes poseía.
La mujer del lesionado que esto vio, corre en busca de su marido para noticiarle la partida, olvidando que los domesticados quedaban solo al cuidado del niño, el que sin duda como notase movimientos bruscos en el oso, motivados por la marcha de su antiguo condiscípulo, hubo de castigarlo, en cuyo acto el fiero animal le alcanzó con sus garras, cebándose después en la víctima, hasta el punto de producirle ocho heridas profundas en las extremidades inferiores, distribuidas con desigualdad, y una en la cabeza con pérdida de la piel en una extensión de ocho centímetros, en las que hubo necesidad de aplicar puntos de sutura hasta en número de siete en algunas de ellas, sobreviniendo la muerte a las treinta y seis horas, como consecuencia de la hemorragia que aquellas produjeron. 


Lamentamos doblemente esta desgracia que pudo tal vez evitarse si los padres de la víctima se hubieran apresurado a dar parte del suceso; pues nos consta que el Juzgado y facultativos no tuvieron conocimiento del hecho hasta las nueve de la mañana del siguiente día, en que fue convenientemente trasladado al hospital de esta villa, habiendo pasado toda la noche en expresada tienda sin prestársele auxilio alguno.
El fugitivo compañero fue alcanzado en las inmediaciones de Torrecampo por una pareja de la guardia municipal diurna de esta villa, y puesto a disposición del señor Juez de Instrucción, por quien se ha prevenido el oportuno sumario.
Llama notablemente la atención la manera rara con que los padres del finado expresan su dolor desde el instante en que tuvieron noticia de su muerte; con grandes lamentaciones recorren las calles entonando a dúo en su propio lenguaje, cánticos y preces al Señor, pues que profesan la religión católica; y si no temiéramos lastimar el justo dolor de esos desgraciados, diríamos que el monótono sonsonete que producen y sus grotescos ayes parecen imitación del aullido de las fieras con quienes hacen vida familiar, asemejándose sus cantos a nuestras populares seguidillas.
Por último, habiéndose puesto en libertad al protagonista de este melodrama, reunióse nuevamente a su afligido compañero celebrando ante un numeroso público una función de desagravios, que ha consistido en arrancar al imitador del asesino del rey godo Favila, los dientes y colmillos y algunas de sus desgarradoras uñas.”
Hemos indagado en el Registro Civil de Pozoblanco con la esperanza de añadir nuevos datos que proporcionen mayor detalle sobre lo sucedido. Y hemos encontrado el acta de defunción del infortunado joven que lleva el número 256 de inscripción y está redactada a partir del folio 204. Dice así:
“Siendo las dos de la tarde del 22 de noviembre de 1882 ante el Juez Municipal suplente compareció Juan Agustín López Villarejo y exhibió una comunicación del señor Juez de Primera Instancia del Partido que decía literalmente lo siguiente:
En las diligencias que instruyo por muerte del joven de once años, natural de Bosnia, en Turquía, llamado Pedrovich, hijo de Bano Pedrovich de igual naturaleza, sin domicilio fijo, y de María, de profesión la de exhibir fieras, cuya muerte ha sido producida, según declaración de autopsia, por anemia procedente de hemorragia consecutiva a las heridas que en la tarde del veinte y uno le causó un oso, habiendo fallecido en la madrugada de este día, y en su virtud he acordado librar a U. el presente para que previa inscripción en el Registro Civil autorice su enterramiento en donde corresponda del cementerio de esta villa, cuidando de que se verifique diligencia de trance y de remitir el oportuno certificado a la vez que lo haga del presente mandamiento. Dios guarde a U. muchos años. Pozoblanco veinte y tres de noviembre de mil ochocientos ochenta y dos. Antonio Martínez. Hay un sello que dice Juzgado de Primera Instancia de Pozoblanco. Sr. Juez Municipal de esta villa.
En vista de la precedente comunicación, y de la certificación facultativa presentada obrante en este Registro Civil, legajo treinta y ocho, de la sección tercera, número setenta y dos, el Señor Juez dispuso se extendiese la presente acta de inscripción, consignándose en ella cuantas noticias se han podido adquirir y las circunstancias siguientes:
Que el finado era hijo legítimo del referido Bano Pedrovich y de María Asloyanlis, naturales todos de Bosnia, provincia de Bañaluca, en Turquía, de ejercicio exhibir fieras. Que falleció a las dos de la madrugada de hoy en el hospital de esta villa, a consecuencia de anemia hemorrágica consecutiva a las heridas que en la tarde del día veinte y uno del corriente le causó un oso.
Y que a su cadáver habrá de darse sepultura en el único cementerio de esta población, situado al extremo occidente de la misma.
Fueron testigos Luis Campos González y Francisco Muñoz Calero, mayores de edad, de estado casados, de ejercicio artesanos, naturales y vecinos de esta villa.
Leída íntegramente esta acta e invitadas a las personas que deben sobrevivirla a que la leyeran por sí mismas si así lo deseaban, se estampó en ella el sello del Juzgado Municipal, y la firmaron el señor Juez y los testigos, conmigo el Secretario, de que certifico.
Entre líneas. Hijo de Barno Pedrovich. Vale.
Rúbricas de Bartolomé Cabrera, Francisco Muñoz, Luis Campos y Pedro Rufo Moreno.”

viernes, 14 de octubre de 2011

Cada chicle una mancha en nuestras calles…



 Cada chicle  una mancha en nuestras calles…


 ….no estaría mal que cada uno de nosotros intentara concienciar a nuestros hijos de que cada chicle que arrojamos al suelo produce una ¡horrorosa! mancha en nuestras calles y aceras…






 …hagamos lo mismo en nuestras escuelas e institutos ya que muchos de nuestros jóvenes aún no han tomado conciencia de este problema…



 …sería una pena que pronto veamos el paseo, que no se ha inaugurado, lleno de estas “manchas” que afean, durante mucho tiempo, el aspecto de nuestro pueblo…



jueves, 13 de octubre de 2011

naturaleza y cultura en un mismo viaje

Tal y como estaba previsto en nuestro plan de actividades de este último trimestre, ayer, festividad de la Virgen del Pilar, nos trasladamos, junto con socios y amigos de Guadamatilla hasta la localidad malagueña de Antequera.

Antes de llegar a nuestro destino hicimos una breve parada para desayunar en el Caserío de San Benito, cafetería y restaurante situados en una recreación de casa rústica del siglo XVIII , que cuenta con una importante colección de antigüedades junto a otra de diversos objetos y herramientas que conforman un auténtico museo etnológico al aire libre

Bien entrada la mañana, con una temperatura muy agradable, que para nada hacia envidiar a la primavera, hemos paseado por el Torcal. Una pequeña ruta senderista que nos ha proporcionado un auténtico placer de estar en contacto con la naturaleza en un paisaje privilegiado


Ya por la tarde hemos visitado el centro de recepción de los dólmenes. Tras lo cual hemos visitado uno de los más importantes conjuntos dolménicos de Europa, con los dólmenes de Menga, de Viera y El Romeral.





El Torcal de Antequera es un Paraje Natural famoso por las caprichosas formas que los diversos agentes erosivos han ido modelando en sus rocas calizas. Su extensión es de unos veinte kilómetros cuadrados. Representa una muestra del paisaje cárstico de Europa.


Sus orígenes se remontan a la Era Secundaria o Mesozoica, más concretamente al período Jurásico, es decir, hace unos 160 millones de años. Por aquel entonces la zona constituía un alargado pasillo marítimo que comunicaba, desde el golfo de Cádiz hasta Alicante.


El Torcal está constituido por rocas calizas de tres tipos: oolíticas, brechoides y clásticas. Todas ellas tuvieron su origen en el fondo marino durante el período Jurásico. Los sedimentos acumulados en el fondo del mar se agregaban mediante la acción cementadora de las sales y precipitados de la disolución marina. Luego estos sedimentos fueron levantados a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar por fuerzas tectónicas. Como todos los macizos calizos, el Torcal de Antequera, presenta una enorme riqueza en simas, cuevas y otras formas subterráneas.


Luego de disfrutar de una reparadora comida a la sombra y en las faldas de estos espectaculares macizos, volvimos a la ciudad para visitar sus dólmenes.


Este es uno de los mejores y más conocidos exponentes del megalitismo español, el conjunto dolménico de Menga, Viera y el Romeral. En menos de tres kilómetros se nos representan tres tipos de dólmenes.-
- De galería: El dolmen de Menga
- De corredor: El de Viera,
- De falsa cúpula o toloi: El del Romeral.


Esta visita continúa con la tradición de las dos asociaciones, de hacer una visita anual en conjunto, donde se aúnan naturaleza y cultura en un mismo viaje.




MÁS FOTOGRAFÍAS EN EL BLOG DE GUADAMATILLA

lunes, 10 de octubre de 2011

SOBRE LA FOTO DEL MILICIANO DE ROBERT CAPA


En referencia al artículo publicado en este Blog sobre el “Monumento al soldado desconocido de Pozoblanco” he de decir que el mismo apareció por primera vez en el nº 2 de  la revista  “La alacena” en Octubre del año  2003.
De lo escrito en el citado trabajo, la parte dedicada a los pormenores de la fotografía realizada por Robert Capa corresponde a los conocimientos que en aquel momento existían  sobre la  misma, aunque desde siempre  y más recientemente, ha habido gran cantidad de historiadores-investigadores-escritores que no han dejado de rebuscar en todos los ámbitos posibles para  conocer la verdad sobre la famosa foto de Robert Capa.



En el mes de Julio de 2009 y a través del Periódico de Cataluña, se dieron a conocer los últimos descubrimientos sobre la foto de Capa, afirmándose que no se tomó en Cerro Muriano sino en la loma de las Dehesillas junto a la  localidad de Espejo, que el miliciano que aparece no es Federico Borrell y que cuando se tomó en el mes de Septiembre de  1936 no existían combates en Espejo, algo que corrobora el historiador cordobés Francisco Moreno Gómez.
 A raíz de estas informaciones el “Centro Internacional de Fotografía”  que custodia la obra de Robert Capa en Nueva York,  dio por válidos casi todos los nuevos descubrimientos que rodearon  la toma de la fotografía  y especialmente el de la ubicación en localidad cordobesa de Espejo, si bien  aclara “que habrá que seguir investigando más,  para poder afirmar que la fotografía fue un montaje”.

El pasado mes de Junio el historiador y  escritor Fernando Penco Valenzuela  (Córdoba 1.966)  publicó el libro la Foto de Capa” (Paso de cebra ediciones) donde da explicaciones de las investigaciones efectuadas por él y como estas le llevaron  junto con el fotógrafo Juan Obrero Larrea el  día 8 de Mayo de 2009 a descubrir el lugar exacto en el que Robert Capa hizo  Muerte de un miliciano” en la localidad de Espejo.
Las  nuevas revelaciones y las que seguro se van a seguir produciendo darán motivo para en un futuro poder ampliar el trabajo publicado en octubre de 2003, sobre la mundialmente conocida como la  “foto del miliciano de Robert Capa".

José Mª Fdez. Fdez.

domingo, 9 de octubre de 2011

Esta semana nos vamos al Torcal de Antequera



El programa previsto es el siguiente:

Por la mañana, ruta de senderismo por el Torcal de aproximadamente 4 km.

Las rutas señalizadas en el Torcal suelen ser de corto recorrido, pero de larga duración, ya que el paisaje se presta a detenerse para fotografiarlo o, simplemente, para recrearse en él.

 Sobre las 15,30 tenemos una visita concertada, de unas dos horas de duración, a los tres dólmenes de Antequera, previa visita al Centro de Interpretación.

MÁS INFORMACIÓN AQUÍ

DERCARGAR  INVITACIÓN AQUÍ

lunes, 3 de octubre de 2011

EDIFICIOS SINGULARES DE POZOBLANCO


 En la trama urbana de Pozoblanco y a través de nuestro recorrido encontramos una serie de edificios que revisten un cierto interés arquitectónico y estético, más por sus fachadas que por sus interiores, aunque algunos de ellos también rompen, en su espacio interior, la estructura de vivienda tradicional de la Comarca de Los Pedroches.
  Estamos ante un conjunto de edificios cuya adscripción estilística oscila entre los límites de la arquitectura historicista y ecléctica de finales del siglo XIX y el modernismo popular y local de las primeras décadas del siglo XX. El carácter poliestético del arte entre los dos siglos, la convivencia de las más diversas corrientes estéticas, refleja la denominada crisis del estilo único, que, tras la prolongada hegemonía del estilo neoclásico, podemos detectar en esta serie de obras, marcadas además por un indudable carácter local, rural frente al purismo propio de la vertiente oficial de cada estilo, fácil de observar en el ámbito metropolitano.Marcada por esta diversidad estilística, la arquitectura andaluza conoce un desarrollo del historicismo de raíz islámica y derivada de la estética renacentista. A ello se le suma la aparición de nuevos materiales que, como el hierro, propician una arquitectura ecléctica que poco a poco se va consolidando. Así, en algunos edificios, termina imperando un clasicismo más o menos historicista y la aparición del regionalismo.
De modo más o menos explícito y compartiendo espacio fundamentalmente en las fachadas, siendo éstas un reflejo de la estructura social, se pueden apreciar las siguientes corrientes arquitectónicas:
La arquitectura que adopta nuevos materiales, como el hierro, el hormigón y el vidrio: podemos observarla en los paneles de rejería de ventanas y balcones y, sobre todo, en los característicos miradores del primer piso en el centro de la fachada (esta nueva forma de balcón es una aportación exclusiva de la arquitectura burguesa finisecular), aunque, a veces, también está presente en la estructura interna de cada edificio. En el aspecto decorativo, los motivos predominantes son más bien de naturaleza modernista, como comentaremos más abajo.
El historicismo ecléctico, manifiesto en multitud de recursos, tales como el almohadillado de reminiscencias renacentistas y neoclásicas en algunas de las fachadas, el empleo de otros elementos clasicistas como pilastras, molduras, ménsulas y arcos de medio punto, la presencia de arcadas, ventanas y motivos decorativos más o menos medievalistas (neorrománicos), etc.
En todos los casos se trata de un uso deliberadamente incoherente de cada elemento citado, ya que la arquitectura ecléctica propone precisamente una síntesis libre —el estilo de estilos— de las principales corrientes de la historia, tomándola como un mero recetario de revivals con los que poder configurar las nuevas tipologías arquitectónicas que el urbanismo burgués, símbolo del progreso de la época, exige: bancos, bibliotecas y otros edificios públicos, pero también viviendas privadas como forma de ostentación.
El resultado es la creación de una arquitectura puramente escenográfica, donde importa más el efecto global que la correspondencia entre elemento concreto y corriente artística global; de ahí que el empleo de estos recursos sea sobre todo ornamental, y no estructural.
El tercer componente es el modernista, aunque entendiéndolo más en su vertiente regional o rural que en la oficial, ya se limita al uso de ciertas molduras que ornamentan los arcos, algunos motivos curvilíneos de las rejerías o determinadas azulejerías en las cubiertas. Dichos elementos reflejan, si bien someramente, la influencia de la ornamentación curvilínea, dinámica y orgánica del modernismo franco-belga y catalán.
 Pongamos algunos ejemplos concretos.

La calle Cronista Sepúlveda era conocida como plaza de la Alhóndiga, y en ella se ubicaba el edificio de la Posada, con idéntica estructura que la famosa posada del Potro que se conserva aún en Córdoba capital y que, como tantos otros edificios de Pozoblanco, ha dado paso a edificaciones más modernas y funcionales.
En esta plaza, hacia 1717, ocupaba su lugar el cuartel de la Santa Hermandad, concretamente en la esquina en la que se sitúa hoy la empresa Industrias Pecuarias y que hace esquina con la calle Feria. En sus paredes estaba pintada la enseña de esta institución, esto es una gran cruz de color verde, por lo que el lugar era conocido como la Cruz Verde. El edificio que podemos ver hoy en día lo mandó construir en 1906 don Federico López como Casa-Palacio para residencia familiar, fue edificado con aires nuevos de suntuosidad, pero a base de muros sólidos de aguja y codal al uso tradicional
Calle Real

Tenemos en esta calle varios edificios de bella factura, y así, en la esquina de la calle Guillermo Vizcaíno, localizamos una agradable fachada de estilo modernista, con vanos muy decorados, construida hacia el año 1910, que constituye un testimonio del desarrollo, muy limitado por otro lado, de este estilo arquitectónico en algunos núcleos de la sierra de Córdoba.
Al fondo de la calle, haciendo chaflán con las calles Andrés Peralbo y Ricardo Delgado, divisamos un edificio de airosa figura, conocido por los lugareños como el Siglo XX, ya que en su tiempo alojó unos almacenes llamados con este nombre. Con anterioridad fue sede del famoso café Colon, según se desprende de la escritura de compraventa por D. Antonio Aparicio Gómez en 1919.


Calle Fernández Franco

Y frontera a la esquina con la calle Virgen de la Salud, veremos una fachada interesante por los elementos que la adornan: dintel fajado con ménsulas, balcón cerrado y zócalo almohadillado. Esta casa presenta un claro ejemplo de la arquitectura preferida por la burguesía acomodada y residente en Pozoblanco a principios del siglo XX.


Enfrente del edificio anterior podemos ver un magnifico ejemplo, por su simpleza y autenticidad, de casa señorial mucho más antigua.