martes, 27 de diciembre de 2011

Callejero de 1841 de Pozoblanco


Este articulo, firmado por D. Ernesto García Rodríguez, apareció publicado por primera vez en el semanario liberal demócrata “La Defensa” editado por el Circulo Liberal de Pozoblanco, el 18 de mayo de 1921, y que por su especial interés reproducimos integro. Se ha respetado, por supuesto, la sintaxis y la ortografía del original, y recomendamos al lector, si este nos lo permite, que extreme su atención  al leer el acta de Sesión del 27 de junio de 1841, ya que los comentarios y razones que se aducen para cambiar los nombres del callejero son de los más ocurrentes.




 AL  AYUNTAMIENTO  DE  POZOBLANCO

            Ernesto García Rodríguez, vecino de esta villa, mayor de edad, de profesión Maestro Nacional, con cédula  personal que se exhibe ante V.S. con el mayor respeto expone: Que compete a los directores políticos de los pueblos, el ejercicio de una noble función de paidología social cual es, el cuidar del carácter típico, del alma colectiva de la población tanto como de su fisonomía urbana. Y es un aspecto de este doble carácter que revela el grado cultural de un pueblo y el de sus directores, el que denotan los nombre de sus calles y plazas que dicen mucho de la psicología de la población y también expresan el concepto y atención que en ella merece la estética.
            Pozoblanco, que es una de las poblaciones más limpias y más bellas de Andalucía, ostenta entre los rótulos de sus calles, algunos, a modo de joyas de tocado romántico de las graciosas hijas del Betis, guapas y cristianas, delicadas y valientes, majas y patriotas; quizá tenga nuestra población rudezas campesinas, pero en su plaza, sobre su pecho de hembra mística y guapa, luce pasionaria al lado de “Jesús” el medallón  del que en su política fue amor de novio, “Canalejas” … no lejos del recuerdo del padre querido de Pozoblanco, bienhechor incasable y prodigo “Antonio Barroso”
            Y en contraste absurdo con estos nombres, con la legendaria democracia y exaltado patriotismo, no ostenta rótulos que canten proezas y ensalcen los caudillos que las realizaran; ni siquiera las de aquello de sus hijos preclaros, que al vez que enaltecieron nuestra villa, honraron con sus nombres nuestra historia. Páginas que serian emuladoras y que debiéramos escribir nosotros para que fueran timbres gloriosos de que blasonaran nuestros hijos, cuando el primer concepto de patria, estremeciera sus corazones.
            Los más grotescos y absurdos denominativos rezan las lapidas de nuestras calles ¡Romo!... ¡Cadenas!... ¡Hilandos!... Un treinta por ciento de sus calles, llevan nombres de  santoral, y de las que están rotuladas con apellidos, un treinta y cinco por ciento de ellos, son ignotos. Y causa estupor que las pasiones políticas de los hombres del siglo XIX, tan románticos patriotas, retorcieran de tal modo su sentido moral, que no dudaran unos en consagrar su labor a destruir la de sus adversarios políticos. A esta aberración ética, debemos el vulgar nomenclátor de nuestras calles que tan poco favorece el concepto que debiéramos merecer; esta pasión baja,  es causa de que no haya prevalecido a través de la ultima centuria el callejero de Pozoblanco que tan elevados pensamientos lo inspiraron; a esta pasioncilla burda se debe el nombre  que  el  nombre de “Mesón” borrara el de “Sepúlveda Gallardo”, el patricio insigne de 1808, Capitán de las Milicias Urbanas en la Guerra de la Independencia; Capitán también, de la Milicia Nacional; Director de la Ilustre Sociedad económica de Amigos del País en los Pedroches; Presidente de las Diputaciones de vecinos de las siete villas, y acreedor por otros muchos meritos a que su nombre perdurara, lapidario, a través de los siglos, como símbolo del reconocimiento y blasón de honor para nosotros.
            A esa moral, torticera y obscurantista, se debe el que la calle de los mercaderes ostente irónica el Santo Nombre de Jesús…  prolongándose hasta la antigua plaza de Alcón, cuyo nombre borró. Nombre glorioso también, que siempre será aureola del martirio que sufrió aquel heroico  y bravo patriota que dio su vida por su patria y por su honor
            También Díaz Morales, el patricio de 1822, Diputado a Cortes, Teniente Coronel de Artillería, prisionero de los facciosos Cabrera y Gómez en 1836, defensor, no solo de s u pueblo contra los Carlistas, sino celoso paladín de los intereses de las siete villas en asunto tan trascendental como la delimitación de su termino territorial; tamben este ilustre nombre se hunde en le olvido, bajo el asomo de piedad y devoción que le da nombre a la calle de Santa Ana.
            El negro manto de las villanas pasiones políticas, de bandería, ahoga el grito de Patria de nuestros abuelos ante la invasión francesa, y acalla el canto bravo que nuestros padres entonaron viriles en defensa de la Libertad.
            Buena prueba de nuestras afirmaciones es el acta de la Sesión que nuestro Ilustre Ayuntamiento celebraba en 27 de junio de 1841, que a continuación copiamos en lo que se relaciona con esta exposición:

 Sesión del día 27 de junio de 1841

         Se dio lectura por la Comisión nombrada al efecto, de los nombres que convendría poner a las calles y plazas públicas y después de haberse  discutido detenidamente, se acordó por unanimidad quedasen en los términos siguientes:

Primera: La calle de la Fuente, primera del padrón, no habiendo motivo para variarla, quedó con el mismo nombre. Igualmente quedó con el antiguo la calle Santa Marta, segunda de dicho padrón.
Tercera. La tercera que se conocía con el nombre de Rivera, nombre impropio por estar en lo más alto de la población, quedó con el nombre de Carrera de Madrid, calle de Pedroche, en razón a ser salida para tomar el camino de la Corte y el de la antigua villa de Pedroche.
         Cuarta. Desconocido el origen de la cuarta calle, llamada de “Pedrajas” se le puso el nombre de “Calle de Oriente” en virtud a estar situada en el ángulo oriental de la población
         Quinta. Calle de Villanueva, por la salida para dicho punto, fue el nombre que se adoptó por la que antes se llamaba Crucijada.
         Sexta. Calle de Madrid, se puso a la que antes se llamaba Andrés Peralbo, por desconocerse este orijen.
Séptima. A la que antes se denominaba calle Real, subdivididas ridículamente en primera y segunda respectivamente sus aceras, se le adoptó el nombre de la calle Constitución.
         Octava. La calleja del Toro quedó con el mismo nombre.
         Novena. La conocida antes con el de Gutiérrez, cuyo orijen es desconocido, de le denominó “de las Olivas” en virtud a terminar en el huerto del mismo nombre
Décima. La calle de Risquillo, se le dejó con el nombre antiguo segregándole otras dos callejas que se expresan, porque abusivamente se comprendían en la del Risquillo.
         Oncena. Calleja de Díaz Morales a la antigua de Martín Redondo, vulgo también Risquillo , en justo tributo y gratitud al patriota ex diputado a Cortes en 1822 y ex diputado provincial  y suplente en la actualidad, de este partido D. Francisco Díaz Morales, Teniente Coronel de Artillería de la ciudad de Córdoba, por el interés y esmerado celo con que ha defendido en todo tiempo los derechos de esta población, reanimándola después de la fatal desgracia de la Garganta, así como por lo que actualmente está trabajando en la cesión de los terrenos situado en el termino de Obejo y en los limite de esta provincia con Ciudad Real. Habiéndose elegido dar su nombre a esta y no otra calle, porque en ella estuvo prisionero por la facción de Cabrera y Gómez en 1836.
         Duodécima. Calleja de la Sacristía, por formar parte una de sus aceras a la que también se daba individualmente el nombre de Risquillo.
         Decimotercera. Plaza de la Iglesia, por estar contigua a la Parroquia en vez de Risquillo que también tenía individualmente.
         Decimacuarta. Calle de San Gregorio, antiguo nombre que tenía, suprimido el de Egido que se daba al arrabal o cuesta de dicha calle.
         Decimaquinta. A la calle conocida con el nombre de Iglesia se le fijó el de la calle de Beneficencia, en razón a contener los piadosos establecimientos de Maternidad y Niños Expósitos, y el Hospital de curación de enfermos pobres con la advocación de Jesús Nazareno.
         Decimasexta. Calle del Ocaso, en virtud a esta situad al occidente de la poblaron y terminar en el cementerio, siendo por los dos conceptos el punto por donde se eclipsan o desaparecen el astro vivificado y la vida de estos naturales.
         Decimaséptima. Calle de Sepulveda. A la que lleva el nombre de Mesón, para testimoniar la buena memoria de D. Fernando de Sepúlveda conforme se acordó en sesión de 25 de noviembre de 1840 y se extendió en acta que obra en el Libro Capitular de dicho año.
         Decimaoctava. Calle Alcón, a la que se había denominado de Jesús en recordación del ilustre Magistrado D. Rafael Alcón Mendoza por las justas razones que se expresan en acta de 25 de noviembre de 1840 en que se acordó dar este nombre a otra calle y poner una inscripción en el dintel de la casa que habitó.
         Decimanovena. Plaza de la Libertad, a la plaza publica de la Villa.
20ª Calle de la Independencia, para hacer amable este nombre y en razón a que en ella habitan también Ciudadanos que han prestado eminentes servicios por la independencia de la Patria y a quienes en parte se debe la regeneración en la Administración y política de este país; en especial, en el pronunciamiento de noviembre ultimo sustituyendo con tan hermoso nombre los de Calle del Vicario D. Francisco Redondo y de Plaza Segunda que ha tenido en varias épocas.
         21ª Calle del Castillejo, el mismo que tenía.

         22ª Calle de Córdoba, a la que había tenido el nombre de Cantarranas, volviéndose a su primitivo más oportuno por se la salida par la capital de esta provincia
         23ª Entre Castillejo y calle de Córdoba circulan varias callejas del local del Posito a quienes se les ha dado este nombre, denominándolas Callejas del Posito, que antiguamente se conocían por los nombres de  Mesón, Castillejo y Chivo.
         24ª Ramblilla, a la que se conocía con el nombre de Jambrilla.
         25ª Calle de San Bartolomé, que conducía a la Ermita de este Apóstol y llevaba el desconocido nombre de Juan Torrico.
         26ª Plazuela de Consolación, a la que se conocía con el nombre de Pozo Viejo.
         27ª Calle Ancha, el mismo nombre con que se ha conocido.
         28ª Calle del Tejas, antiguo nombre que siempre ha tenido.
         29ª Calle Meridional o del Sol, por estar situada al Sur de esta población, a que indebidamente se ha llamado calle Nueva.
         30ª Calle del Progreso, en razón al declive que tiene y a que como en política, se necesita ir progresando en su subida hasta llegar a la planicie del campo libre, sustituyendo su antiguo nombre de Cuesta de Romo.
         31ª Calle Tinte, antiguo nombre que ha tenido en razón al primero que hubo en esta población donde se teñían las balletas y paños de esta fabrica.
32ª Carretera de Granada, calle de Montoro, por ser la que conduce al camino de dichos puntos sustituyendo a los nombres de cale Arévalos desconocido en su origen y de Portería mas desconocido aun por ser nombre de Convento, cuando afortunadamente no ha existido ninguno en esta población.
         33ª Calle de San Sebastián. Por conducir a la Ermita de este Santo, por cuyo nombre se conocía.
         34ª Calle de Santa Rita, que guía a la ermita de esta Santa, desterrando el ridículo  e inconcebible nombre de Filandro
         35ª Calle del Cerro, nombre antiguo que tenía
36ª Calle del Cronista, que sustituye al nombre de Empredada que indebidamente tenía, en razón de haber existido en dicha calle la magnifica casa que se construyó el Doctor  Don Juan Gines de Sepúlveda, Cronista del Emperador Carlos V, escritor, filólogo e historiador del siglo XVI, natural de esta villa y uno de los hijos de los que dan más lustre y prez a esta población, en cuya calle y casa habitó este ilustre varón y en cuya buena memoria se le dedica poniéndole su nombre
         37ª Plaza de la Alhóndiga, el mismo que antes tenía.
         38ª Calle de Conquista, en razón de ser la salida para dicho punto sustituyendo los nombres de Bautista y Morconcillo que antes tenían.
         39ª Calle del Triunfo, en virtud del que se ha conseguido en su reedificacion haciendo desaparecer los barrancos y tenebrosidades que tenía y anulando el nombre de Barranco que llevaba.
         40ª Calle Peñascal, el mismo que tenía por los grandes y enormísimos peñascos que en ella existen.
         41ª Calle Peninsular, por estar situada entre dos grandes arroyos que atraviesan la población, comunicable por dos pequeños puentes suprimiendo el de Espajarejo y calle de Herreros que se le puso en la moderna construcción.
         42ª Calle Cuartelejo, el mismo que antiguamente tenía.
         43ª Callejón del Cristo, que antiguamente tuvo el que hasta ahora se había considerado calle Real segunda.
         44ª Calleja Central, por estar construida en el centro de la población y entre las dos principales calle de ella, en lugar de su antiguo nombre de calle Nieto y del último que tuvo de calle Real segunda.
         45ª Entre la calle Cronista y la Carrera de Granada se ha formado una nueva calle a que se le ha puesto el nombre de calle Salud suprimiendo el de Escorralejos que antiguamente tuvo el cenagoso transito de aquel callejón.
         Cuyo nomenclátor propuesto  por la Comisión nombrada al efecto en su sesión del 20 del actual, fue aprobado por el Ayuntamiento, mandando se pongan los nuevos nombres en las calles, formando numeración correlativa de ellas, y poniéndose en el acta de este día con toda expresión de los nombre nuevos y antiguos para evitar en todo tiempo  cualquier duda que pueda ocurrir en escrituras y otros documentos que hicieran referencia a fincas de las calles.
 Por todo lo cual al digno Ayuntamiento de Pozoblanco
            Suplica: Que se nombre una comisión que en plazo breve   revise   el   nomenclátor   de   las   calle   de   esta  villa confirmando en lo que sea conveniente los nombres que ostentaban en 1841, en relación con el acuerdo municipal de 25 de noviembre de 1840.
            2º Que en atención a la meritísima labor que como representante en Cortes y protector de los intereses generales de nuestra comarca realiza, simpático y dignísimo, el Excmo. Sr. D. Eugenio Barroso y Sánchez Guerra, se denomine con su nombre y primer apellido una de las principales vías de esta población, cuyos rótulos se costeen por suscripción publica; y se festeje el acto de ser descubiertos, en forma que se haga muy ostensible la gratitud y cariño de este pueblo, por su digno representante y bienhechor.
            3º Que a la calleja de Nieto cuya denominación es tan poco expresiva se le nombre A. Félix Muñoz, en recordación del gran patriota y honrado político D. Antonio Félix Muñoz y García; cuyos rótulos se presta a costear de su cuenta, el integro Concejal de nuestro Ayuntamiento D. Mateo Dueñas Calero.
            4º Que a la calle de San Antonio  se le sustituya este nombre por el de “Rafael Moreno”, en recuero de aquel  gran hombre de extraordinario genio político con el que nuestro pueblo se haya en deuda de gratitud, porque en su generosidad con el necesitado fue pródigo y desde la Presidencia de la Diputación Provincial fue siempre amparo seguro de todos los hijos de esta población que necesitaron algo en relación con los organismos oficiales; concediendo el que subscribe el honor de costear la rotulación de esta calle.  
 5º Que se confirme la denominación de “Andrés Peralbo” a la calle de este nombre, de origen desconocido, en memoria del que fue dignísimo y bondadoso Senador del Reino y Jefe del partido Liberal Demócrata de esta villa D. Andrés Peralbo Quirós, que rigió los destinos políticos de nuestro pueblo, con el mayor acierto, engrandeciéndolo, honrándolo y protegiéndolo de consuno con aquel espíritu noble , generoso, grande y bueno, timbre glorioso del apellido Barroso que en el corazón de los vecinos de Pozoblanco vive como reliquia santa, al lado del recuerdo venerado que tenemos de nuestros padres, cubierto de flores de cariño  y de ofrendas de gratitud. Reservándole el honor de costear la rotulación de esta calle a su ilustre hijo nuestro querido ex diputado a Cortes,  Excmo. Sr. D. Andrés Peralbo Cañuelo.
            6º Que se reconstituya  en mármol por cuenta del Municipio de Pozoblanco, la inscripción que en el dintel de la casa número 18 de la calle Jesús recordaba la proeza del más distinguido de nuestros patricios, D. Rafael Alcón y Mendoza, Mártir de la Libertad que dio gloriosamente su vida, por su Patria y por su honor.

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