lunes, 23 de septiembre de 2019

Artículo de Piedra y Cal titulado LA FERIA DE "EL PASMO"


LA FERIA DE “EL PASMO”

La feria de 1918 había dejado un amargo sabor de boca en un año recordado como nefasto en demasiados aspectos. Pero los pozoalbenses nunca han perdido la ilusión y las ganas de mejorar y los festejos organizados en honor de Nuestra Señora de las Mercedes para 1919 son muestra elocuente de esos deseos de avanzar siempre. Y ello a pesar de que la situación política y económica del país era crítica y las dificultades también se hacían notar de forma dramática en nuestra localidad.
No obstante, cuando llegaba la última semana de septiembre el pulso vital de la población bullía y las penas pasaban a un segundo plano. Era tiempo de feria, la considerada mejor feria y espejo donde se miraba toda la comarca, y tocaba disfrutar y divertirse por encima de cualquier adversidad.
LA FERIA
El Diario de Córdoba anunciaba, en su edición del día 23 de septiembre, el programa de la feria a celebrar en Pozoblanco.
Día 24: Solemne función religiosa a la Virgen de las Mercedes en la parroquia de Santa Catalina, con asistencia del Ayuntamiento. Reparto de una considerable y extraordinaria limosna de pan a los pobres de esta población. Inauguración del mercado de ganados en el Real de la Feria.

JUAN BELMONTE RETRATO DE 1919

Día 25: Por la mañana, diana por la Banda Municipal. Por la tarde y noche, grandes conciertos en el Paseo de los Llanos. Por la noche, cinematógrafo público.
Día 26: Dianas y conciertos. Extraordinaria corrida de cuatro hermosos y bravos toros de la ganadería de don J. González Nandín, vecino de Sevilla, lidiados por el fenómeno y colosal Juan Belmonte y el sobresaliente espada Rafael Toboso, de Sevilla.
Cuadro de texto: JUAN BELMONTE, RETRATO 1919

Día 27:  Cinematógrafo público en la calle Real.
Día 28:  Cucañas en el Real de la Feria con numerosos premios.
Todas las noches, circos y funciones de teatro en el Real de la Feria, Pósito y Teatro Principal. Brillantes iluminaciones eléctricas. Grandes bailes de sociedad. Trenes especiales.

FOTO PANORÁMICA DE LOS LLANOS

Por su parte, El Cronista del Valle, en su edición del día 27 de septiembre, acoge una amplia crónica de lo acontecido durante una feria que está aún en plena celebración. Aunque intenta desacreditar la labor desarrollada por la corporación municipal, la impresión que queda al lector es francamente positiva.
“Nos hallamos rodeados del bullicio y entusiasmo que por nuestras hermosas calles proporciona el enorme contingente de transitantes, ávidos de fiestas y regocijo.
Nos duele que nuestros representantes en el Ayuntamiento y asesores no se hayan preocupado ni de nombrar siquiera una comisión de festejos que hubiera organizado, como era su deber, algunos, para solaz y esparcimiento de estos vecinos y no hubiera oscurecido la fama que ya de antiguo goza nuestra incomparable feria ante sus innumerables visitantes.
Aun habiendo menos puestos de juguetes, dulces, rifas, buñolerías, etc., que otros años, el mercado de ganados ha aumentado considerablemente. Ayer, tercer día de feria, hubo para la venta más de 12.000 caballerías. En el ganado de cerda han entrado 11.500 cabezas que se han vendido hasta el día de hoy más de la mitad, a precio de siete a ocho duros la arroba. El lanar también ha estado muy solicitado y hecho ventas a precios elevados, las borregas a 25 pesetas, las viejas de deshecho a 30 y 35 y las primales y cuatreñas desde 40 hasta 55 pesetas.
 En vacuno ha habido buenos ejemplares de vacas y bueyes y muchos becerros, que se han pagado a 7.000 y 7.500 reales la yunta de las primeras. En el ganado cabrío han sido más escasas las ventas, habiendo entrado en el mercado unas 1.200 cabezas.
El único festejo que hemos presenciado fue el cinematógrafo público en la noche del 25 en la espaciosa calle Real, que estuvo bastante deficiente y fue presenciado por más de tres mil personas de todas clases, predominando el elemento joven y bello, que fue desfilando antes de concluirse la sesión.
Los teatros y circos cuentan con numerosos llenos de personas por funciones representadas.
El mercado de subsistencias lo hemos visto rebosante de frutas, carne, aves, caza, hortaliza y otras muchas especies en abundancia, como jamás recordamos, todo a precios inverosímiles y agotados rápidamente.
Los dos últimos días se efectuaron muchísimas transacciones de ganado caballar y mular a elevados precios. No ha habido que lamentar incidente grave alguno, salvo algunas actuaciones de poca cuantía de los rateros y 2000 pesetas que volaron del bolsillo de un forastero a la salida de la corrida de todos.
Las cucañas estuvieron muy divertidas, haciendo las delicias del numeroso público que las presenció.
El cinematógrafo en las noches del 27 y 28 estuvo concurridísimo a pesar del intensísimo frío que se dejaba sentir, proyectándose películas de poco mérito que no consiguieron satisfacer al público”.
El Cronista del Valle calcula en 5000 o 6000 las personas de los pueblos vecinos que habían visitado la feria.
BELMONTE POR ZULOAGA

BELMONTE
Pero la auténtica sensación de la feria de 1919 fue, sin duda alguna, la presencia de Juan Belmonte en la corrida del viernes día 26. Conocida la noticia desde agosto, el fenómeno del toreo produjo el entusiasmo de los aficionados y una enorme expectación. La corrida era el broche de oro a una de las temporadas más completas en festejos taurinos desde la inauguración de la plaza. Como preámbulo, hubo hasta cuatro novilladas entre los meses de junio a agosto.
Cuadro de texto: BELMONTE POR ZULOAGA
IMAGEN BELMONTE POR ZULOAGA

No era la primera vez que Belmonte toreaba en la plaza de Pozoblanco. Lo había hecho como novillero en mayo de 1913 junto a Serranito de Córdoba, con ganado de López Plata. Contaba ya con una enorme popularidad y los críticos taurinos se referían a él como “el niño prodigio de los tres olés y un ay” por la finura y la cantidad de veces que resultaba cogido. Unos meses después de torear en Pozoblanco, tomó la alternativa en Madrid con Machaquito como padrino y Rafael el Gallo de testigo.

La influencia del toreo de Juan Belmonte fue extraordinaria, era un gran dominador de la lidia, toreando siempre muy cerca del astado, con gran plasticidad y temple.Se le considera el creador de la tauromaquia moderna. Fue un revolucionario que transformó por completo la forma de entender la lidia, una forma que hasta entonces quedaba resumida en la famosa frase de Lagartijo: “Que viene el toro, se quita usted. Que no se quita usted, le quita el toro”.
Belmonte, de físico poco agraciado y con escasas facultades atléticas,  mantuvo con Joselito, su antítesis,  una gran amistad y una rivalidad que cambió la historia del toreo.

BELMONTE CON ESCRITORES E INTELECTUALES

No sólo era una figura del toreo, también fue un hombre muy influyente entre el público y entre los intelectuales. Autodidacta y gran lector, entabló una profunda amistad con artistas y escritores como Zuloaga, Julio Antonio, Romero de Torres, Ramón del Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Enrique de Mesa, Sebastián Miranda y otros, con los que participaba en la tertulia del café Fornos de Madrid. Con Valle-Inclán tuvo lugar aquella famosa anécdota: “Juan, es usted sensacional. Para ser perfecto no le falta más que morir en el ruedo”, a lo que contestó Belmonte “se hará lo que se pueda, don Ramón”. Ha sido Belmonte el torero más literario junto a Ignacio Sánchez Mejías, precisamente el maestro que protagonizó la feria pozoalbense del siguiente año, la de 1920.


De la expectación que Belmonte despertaba es buena pruebael siguiente texto de la biografía del torero escrita por el famoso periodista y escritor Chaves Nogales:
Cuadro de texto: BELMONTE CON CHAVES NOGALES “Era tal la curiosidad que había en España por verme torear, que durante una semana toreé cada día en una plaza distinta. Comencé en Alicante, donde no pude matar ningún toro, porque el primero me cogió al dar un pase y me lesionó. No obstante, seguí toreando todos los días de la semana; el martes, en Écija; el miércoles, en Huelva; el jueves, en Sevilla; el viernes, en Cartagena; el sábado, en Osuna, y el domingo en Badajoz. A Badajoz no podía materialmente ir. Mi apoderado telegrafió diciendo que estaba enfermo; pero aquella madrugada fueron a buscarle unos agentes de policía que le llevaron a presencia del gobernador civil de Sevilla, quien le comunicó que el gobernador de Badajoz telegrafiaba diciendo que era indispensable que a todo trance fuese Juan Belmonte a torear, pues en caso contrario temía una grave perturbación. La ciudad estaba invadida por millares de forasteros, llegados de toda Extremadura y de Portugal, que amenazaban con un serio conflicto de orden público si yo no toreaba. Tuve que ir a la fuerza… Aquella cadena de compromisos era inacabable. Porque si había toreado el domingo en Badajoz, ¿cómo dejaba de torear el lunes en Pozoblanco?”.


Este es el torero que se presenta en Pozoblanco al final de una temporada donde batirá el récord absoluto hasta entonces de corridas de un diestro, 109 festejos y 234 toros estoqueados.
EL DÍA DE “EL PASMO”
Debido quizá a que todo el mundo ansiaba la aparición del “Pasmo de Triana”, el tiempo no acompañó durante la feria; se presentó adverso y desapacible, con amenaza de lluvia y un frío impropio para las fechas.
El empresario de la plaza, Andrés Muñoz Escribano, había contratado una corrida de cuatro toros del sevillano José González Nandín, tres para Juan Belmonte y uno para el sobresaliente, Rafael Toboso. El reconocimiento de las reses corrió a cargo de los veterinarios locales Raimundo Moreno Castro y José Aggeo Sánchez García mientras el perito municipal Enrique Guerrero Carmona hacía lo propio con la plaza y la enfermería.
La crónica del festejo está disponible en diversas cabeceras de la prensa histórica. Hemos elegido la que proporciona El Cronista del Valle, también nosotros mostramos querencia:



“Durante el día de ayer entraron en la población una enorme cantidad de forasteros, de los pueblos próximos, de los centros mineros y muchos de Córdoba.
El tren correo trajo más de 800 personas ocupando 15 coches, furgones, topes y hasta las dos máquinas que lo conducían. A más, dos trenes especiales llegaron con más de 1000 personas.
A las cuatro y media da principio la corrida estando completamente llena la plaza, sin haber un pequeño hueco tanto en sol como en sombra, en número de 6000 personas. Los palcos se hallaban ocupados por numerosas señoras y bellísimas señoritas de nuestra aristocracia, elegantemente ataviadas con mantillas y mantones de Manila. El cielo anubarrado, frío y amenazando lluvia. Ocupa la presidencia el alcalde Sr. Dueñas Rojas acompañado del capitán de la Guardia Civil de este puesto y de varios concejales.

JOSELITO Y BELMONTE

Hecho el paseo, sale el primer toro, de nombre Pasajero, con el nº 18 en el costillar derecho, negro, de muchas carnes y provisto de buenas agujas. Los montados pierden cuatro caballos para el arrastre. Belmonte, después de saludar a la presidencia, se dirige al astado y tras dos pases superiores de rodillas y otros naturales da dos pinchazos en su sitio, otro algo fuera y una media estocada atravesada que basta (palmas tibias a las faenas de muleta).
El segundo toro, Alcucillo, berrendo en negro, capirote y botinero, blanquinegro, con el nº 69, con menos carnes que el anterior, de largos pitones y algo mansurrón. Belmonte lo lancea superiorísamente; con la muleta da varios pases de pecho y molinete y uno colosal de rodillas, acariciando el testuz del animal, acaba con él de una media estocada que le hace rodar en la arena (Clamorosa ovación, vuelta al ruedo y concesión de orejas y rabo).

BELMONTE VÁZQUEZ DÍAZ

El tercero, Rebollo, negro meano, con el nº 67, largo de astas, bravucho, más pequeño que los anteriores, con una pequeña opacidad en el ojo izquierdo, se distingue una vara buena de un picador; los banderilleros ponen tres pares en regla. Belmonte brinda al tendido de sol y le da varios pases archisuperiores, metido entre los mismos cuernos del toro, y valientísimo; al entrar a matar le propina a la res tres pinchazos en hueso, una estocada algo atravesada, un intento de descabello y otro que mata (algunas palmas y pitos).
Cuadro de texto: BELMONTE POR VÁZQUEZ DÍAZEl cuarto y último, Manteleto, negro, nº 34, muy grande, metido en carnes y de pitones cortos. Rafael Toboso le da varios pases buenos, rematando al sevillano de varios pinchazos y un descabello.
En resumen: la corrida, en su conjunto, buena, sin incidente alguno, los banderilleros superiormente, los de González Nandín cumplieron y el público satisfecho”.

EPÍLOGO
La cuenta de gastos de los festejos de feria refleja un importe de 442,50 pesetas, además de una gratificación extraordinaria de 50 pesetas para los componentes de la Banda Municipal de Música.
Para concluir este artículo en recuerdo a la feria de hace cien años anotamos una pincelada de carácter demográfico: durante su transcurso se produjeron cinco prometedores nacimientos, otros tantos felices matrimonios y seis tristes defunciones. Y es que, como expresaba hace más de quinientos años Melibea en La Celestina,cada uno cuenta la feria según le va en ella.

Piedra y Cal


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