Este pasado sábado, 16 de febrero, con todas las plazas
disponibles cubiertas, miembros de la asociación participantes y algunos amigos
más, nos desplazamos a la ciudad de Montilla.
Cuarenta y cinco personas
disfrutamos del patrimonio monumental e histórico de la ciudad, acompañados por
Belén, quien con sus sugestivas y prolíficas explicaciones nos hizo el
recorrido más grato aún si cabe.
Entre los monumentos visitados caben
destacar entre otros, el convento de Santa Clara, que, declarado Monumento Histórico Nacional, fue edificado en el
siglo XVI por mandato del primer marqués de Priego. Su pequeña Iglesia nos
recibe con una portada gótico-plateresca y accedemos a interior que cuenta con
un rico artesonado mudéjar. El Retablo mayor del siglo XVIII es de estilo
churrigueresco. Su fachada exterior junto al Arco de Santa Clara es uno de los
más bellos rincones de Montilla.
Otra
de las edificaciones visitadas fue la casa del Inca Garcilaso.
Gómez Suárez de Figueroa,
universalmente conocido como El Inca Garcilaso de la Vega, nació en Cusco
(Perú), capital del Imperio Inca, el 12 de abril de 1539. Cumpliendo los deseos
de su padre ya fallecido, el Inca llega a Montilla en el verano de 1561
buscando el amparo de su tío, el capitán Don Alonso de Vargas, quien lo acoge
en su casa como a un hijo y lo introduce en los círculos culturales e
intelectuales de la ciudad. En este entorno, inicia su intensa labor literaria.
La
historia conocida de su casa se remonta a 1557, cuando el capitán Don Alonso de
Vargas la adquiere como residencia. En 1950, el historiador peruano Raúl Porras
Barrenechea, con la colaboración del escritor montillano José Cobos,
identifican este inmueble como la casa en la que durante treinta años vivió el
Inca, siendo posteriormente adquirida por el Conde de La Cortina que la dona al
pueblo de Montilla. El edificio, de aspecto noble aunque austero, con frescos
patios y pintorescas dependencias, fue restaurado en 1992.
También
visitamos la conocida como Casa de las Aguas.
Este inmueble, construido en 1845 y
situado en pleno centro histórico, acoge desde su inauguración el 16 de junio
de 2006 el único museo dedicado al pintor José Santiago Garnelo y Alda, así
como la sede permanente de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, un
bibliófilo montillano que en los últimos cincuenta años de su vida ha
conseguido reunir un conjunto de obras de extrema calidad y rareza.
Sin
duda, la Casa de las Aguas es uno de los edificios de carácter civil más
notables de Montilla. Además de una bodega situada en la planta sótano, con
muros de sillería y bóvedas de crucería, el inmueble alberga la
capilla-oratorio del antiguo Asilo de Los Dolores que aún conserva los primeros
frescos que pintó Garnelo junto a su hermana Eloísa en 1886.
Con el característico estilo de las
casas señoriales de finales del siglo XIX, el edificio está ordenado en torno a
dos núcleos diferenciados que se comunican mediante un jardín. No obstante, el
elemento más característico de la Casa de las Aguas es el patio porticado que
da la bienvenida a los visitantes y que está compuesto por una galería de arcos
de medio punto sobre columnas toscanas en la planta baja, y sobre columnas
jónicas con arquería de medio punto, en la principal.
Con grata sorpresa, tuvimos la
ocasión de saludar a paisanos nuestros afincados en Montilla.
La Sierra de Montilla, que atesora
un importante patrimonio ambiental y arquitectónico, cuenta con una riqueza natural y paisajística
extraordinaria lo que, unido a la implantación histórica de numerosas
edificaciones relacionadas con las industrias vinculadas al cultivo de la vid y
del olivar, da como resultado un territorio de gran interés para su
aprovechamiento desde un punto de vista turístico
Por esta sierra acabamos la
excursión, disfrutando de una excelente hospitalidad que nos brindaron unos anfitriones con los que pudimos profundizar
en la actividad agroalimentaria de Córdoba y como de esta es posible desprender
un aspecto esencialmente cultural y
turístico que atiende un publico ansioso de cultivarse, a la vez que se fomenta la amistad y las
relaciones sociales.
Desde estas líneas, nuestro más sincero agradecimiento a
las personas que nos acogieron y nos acompañaron en tan estupenda visita.